sábado, 30 de agosto de 2014

Ecos de la Estación ferroviaria Martínez de Rozas

En procura del hallazgo de acontecimientos que ilustren la vida de aquellos lugares ya casi olvidados, con gran aprecio recibí la cooperación de don José Manuel Salazar Lafuente. Parte importante de su infancia él la vivió con su familia en la que fue la estación "Martínez de Rozas", del ya desaparecido ferrocarril de Freire a Toltén. En la actualidad, los terrenos y edificaciones sobrevivientes de aquella estación ferroviaria forman parte del Fundo El Roble, terrenos que fueron adquiridos por el agricultor señor Carlos Klein Koch, quien ha preservado y restaurado parte de la que era la casa del jefe de la estación y la bodega de carga.

Recinto ex Estación Martínez de Rozas (vista aérea,Google Maps)

En una visita que efectué en el mes de enero de 2014 (un viaje en mountainbike, relatado en mi Blog "Bitácora de mi bicicleta"), con el permiso del ya nombrado propietario de aquel lote de terreno, accedí hasta aquel histórico lugar. Tras recorrer largamente el terreno, que en algunos lugares tenía abundantes y altos pastizales y maleza, pude hallar vestigios de la existencia de otrora tres casas habitaciones, ubicadas en el lado sur de la estación, a cierta distancia una de otra, en dirección hacia el costado oriente. Gracias al valioso aporte de don José Manuel Salazar Lafuente, ahora, desde esos leves vestigios aparecen recuerdos de aquel lugar: “Mi padre fue trasladado a Freire desde Osorno, donde trabajaba en el Ferrocarril de Osorno a Rupanco, a mitad de año en 1948 (tenía yo siete años), razón por la cual perdimos el año escolar. El año siguiente fuimos con mi hermano matriculados en la escuela Superior de Hombres Nº 30, donde su director era el señor Juan Seguel Capitán (hoy lleva ese nombre la escuela) y mi profesor fue el señor Julio San Martín Díaz”. En Martínez de Rozas existían tres casas, al lado oriente de la estación. “En la primera vivimos con mi padre, quien trabajó en la oficina, tanto en la parte finanzas como empleado”. “En la segunda casa vivía el cambiador de apellido Angulo y en la tercera un empleado de apellido Moya. El jefe de estación era don Evaristo González. Nuestras amistades eran los hijos de estas familias: Orlando Angulo, Lorendan González y otros. También eran nuestras amistades la familia Lavandero, del fundo Arauco, cerca de Martínez de Rozas”. “Viví por esos lados entre los años 1948 al 1957, fecha en que a mi padre lo trasladaron a Santiago al Ministerio de Obras Públicas, pues el ferrocarril de Freire a Toltén debía poner término a sus funciones el año 1957”.


En primer plano, la bodega de carga, y, más atrás, la casa del Jefe de estación

“Ahora paso a contarle algo sobre el tren de pasajeros al que llamaban "Shangai" (no sé por qué). Su locomotora era la Nº 240, me parece, y constaba de un coche mixto, esto era la mitad de primera clase y la otra de segunda; le seguía un coche de tercera clase más un vagón donde iba el personal del tren. Ese tren tenía un recorrido  de lunes a sábado y su salida era desde Toltén a Freire en la mañana, calculo tipo 6.30 o 7, para llegar a Freire alrededor de las 8.30, y regresaba a Toltén a las 19 hrs. Los días martes hacia un recorrido especial Toltén-Freire, en horario habitual, y regresaba de Freire a Toltén a eso de las 10, para regresar desde Toltén de nuevo alrededor de las 16 y finalmente salir de regreso a Toltén a las 21 hrs. Debo hacer notar que a contar del año 1952 empezaron las salidas desde Toltén, antes eran desde la estación de Hualpín. Aproximadamente el año 1953  se le incorporó al ferrocarril  un Bus Carril, el que hacia recorridos, no recuerdo bien, tres veces a la semana en reemplazo del tren”. “Ahora, también había un tren de carga, el que era el transporte de ganado, madera, trigo, avena y otros productos”.
“En mi familia eran paseos obligados al río, en tiempos de verano los días domingo; también recuerdo las salidas a comer maqui. También íbamos en el mes de septiembre a los digüeñes. En fin, varias frutas silvestres”. "A pesar de que no teníamos luz eléctrica ni entretenciones de la ciudad, aún recuerdo esos cuentos en los atardeceres, sobre el diablo, los brujos que volaban, el chimalgüen, los entierros, etc., etc., etc".



Vista de los cimientos de una de las tres casas para el personal auxiliar de la estación


Vista del conjunto de edificaciones sobrevivientes, desde el norponiente y hacia el suroriente

"Debo mencionar algunos nombres de personas del Ferrocarril: mi padre Gabriel Salazar Quiroz, empleado de la Oficina de Presupuestos; don Evaristo Gonzalez Kobold (don Tachi), Jefe de estación de Martínez de Rozas; el señor Angulo, cambiador de la Estación; otro señor Yevenes, también operario, y don Arturo Moya, empleado de la bodega en Freire; todos vivíamos en la Estación. Me falta agregar a mi familia, mi padre, ya nombrado, mi madre señora Rosa Lafuente Miranda, mis hermanos Gabriel, Rogelia, Norma, Juan y José (el que escribe). Me faltó nombrar a los señores maquinistas: eran don Guillermo Scaff y el señor Miranda.”

Gracias al aporte de don José Salazar Lafuente, ha sido posible conocer unas pinceladas de una época en la que estuvo operativo aquel ramal ferroviario, y tener noticias de el año en que dejó de dar servicio a la comunidad. Asimismo, se agradece a la familia Klein, actual propietaria del que fue el recinto de la Estación Martínez de Rozas, la preservación de dos de los edificios más representativos de una antigua estación: la bodega de carga y la casa del Jefe de estación, la que en su primer piso albergó las oficinas de movilización y la sala de espera de pasajeros.

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